Y para volver les voy a contar algo muy tonto que me enseñó el arte de tejer estos últimos días. Me dieron ganas de aprender a tejer, pero soy muy tonta para esas cosas, soy "Inutilisima" como me dice una amiga, pero no me importa, porque planeo aprender. Como siempre que uno empieza a hacer algo nuevo, es muy difícil que en el primer intento las cosas salgan bien, por supuesto. Entonces, quien alguna vez tejió se habrá dado cuenta que, lo intentamos una vez, todo va perfecto, pero de repente se enreda la lana, o queda algún agujero en el tejido, entonces, lo desarmamos y volvemos a comenzar. ¿Qué sucede entonces? La lana queda diferente. Se habrán dado cuenta que cuando agarramos el ovillo recién comprado, la lana esta bien perfecta, con los cabos bien unidos; pero cuando la usamos una vez, ya está un poco más des prolija. ¿Qué es lo que todo esto me hizo darme cuenta? Que con las relaciones pasa lo mismo. Cuando conocemos a alguien todo va perfecto, y de pronto algo sale mal, aparece un agujero en el tejido :) Nos enojamos, nos molesta, y decimos "Ui! tanto trabajo arruinado" Entonces, decidimos volver a empezar y ahí es cuando nos damos cuenta de que no, no es lo mismo. Nunca lo va a ser. Las cosas no quedan bien. Las cosas entre vos y yo ya no son las mismas. Y así va a ser mil veces más, con dos posibles finales: que aprenda a tejer en el trayecto de esos desastres textiles y termine quedando un sweater muy lindo; o que no aprenda lo suficientemente rápido y la lana quede totalmente destruida. No se que va a pasar en esta historia. Y me asusta pensar que nuestra historia puede ser un ovillo que ya no sirva más y que de ahí no pueda salir ni siquiera un par de guantes. Esperemos que no sea así, y que podamos aprender a tejer antes de tener que tirar todo!
- No insistas, no te voy a olvidar -
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar!